sábado, 21 de septiembre de 2013

La paradoja de Olbers


                    La paradoja de Olbers
La paradoja de Olbers recibe el nombre del físico y astrónomo alemán Wilhem Olbers, que escribió sobre la paradoja en 1823. Esta idea surgió de las incoherencias que mostraba la cosmología newtoniana, cuyo universo euclídeo (plano), estático e infinitamente viejo (sin comienzo) requería para su estabilidad que en la infinitud del espacio se distribuyese, de forma homogénea, un entretejido de infinitas estrellas.Esta paradoja es la contradicción aparente que existe entre que el cielo sea negro y que el universo sea infinito.De ser así, cada línea de visión desde la Tierra debería terminar en una estrella, por tanto el cielo debería ser completamente brillante.Sin embargo, los astrónomos saben que el espacio que hay entre las estrellas es negro.
La paradoja existente entre una noche oscura y un universo infinito se conocía antes de que fuera discutida for Olbers , por el astrónomo Johannes Keple  que la utilizó para respaldar la teoría de que el universo es infinito.

Casi un siglo más tarde, Olbers propusó que el cielo era oscuro porque en el espacio había algo que bloqueaba la mayor parte de la luz estelar debía de llegar a la Tierra, cosa que los científicos han negado argumentando que si hubiera una materia que bloqueara la luz, se calentaría con el tiempo y finalmente irradaría con tanto brillo como las estrellas.


En 1948, el astrónomo Hermann Bondi planteó que la expansión del universo provocaba que la luz percibida desde la lejanía fuera rojiza y, por tanto, con menor enrgía en cada fotón o partícula de luz.Finalmente, en la década de los sesenta, Edward Harrison llegó a la conciliación actual de la paradoja de Olbers y mostró que el cielo es oscuro de noche porque no vemos las estrellas que están infinitamente lejos.Esta solución depende de que el universo tenga una edad infinita, dado a que la luz tarda un tiempo determinado en alcanzar la Tierra.Cada línea de visión desde la Tierra no terminaría en una estrella porque la luz de las estrellas más lejanas necesaria para crear la paradoja de Olbers todavía no ha alcanzado la Tierra, es decir, que durante el tiempo de la existencia del universo, las estrellas no han emitido energía suficiente para hacer que el cielo nocturno brille.






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